Desde Alejandría hasta Abu Simbel por Nuke

miércoles, 24 de septiembre de 2008


.....desde el bajo hasta el alto Egipto y siguiendo el curso del maravilloso Nilo,pasando por las ruinas de Saqqara, la llanura de Gizeh con sus colosales pirámides de Micerinos, Kefren y Keops que custodia la Gran Esfinge montando guardia desde hace 2500 a. C y que se alzó ante mi 20 m, grandiosa, haciéndose inmensa a medida que daba un paso tras otro hasta convertirme en una miniatura a sus pies, Egipto para mi es ÚNICO.......Por no hablar, de qué se me pasó por la cabeza, una vez me encontré delantede los casi tres millones de bloques de piedra de varias toneladas de peso cada uno que componen la Gran Pirámide de Keops.Me adentré en su interior para llegar dónde tantas veces al menos en mi caso soñé:la Cámara del Rey......vacía....sólo contiene un sarcófago de granito,sin ningún tipo de inscripción y se accede a ella por un pasadizo horizontal que partedesde el final de la Gran Galería...Difícil describir ese sentimiento de pequeñez absurda que te engulle mientras observas tan magnifica obra y no puedes por menos que dudar de la mano que la construyó. Misteriosa sensación la que tuve en aquel momento.No es extraño por este motivo, que hayan sido protagonistas de tantas leyendas y siempre puestas en tela de juicio, que a día de hoy y por los siglos, seguirán alimentando la imaginación del ser humano...... Si ya supone un duro golpe para el entendimiento pensar e imaginar como se colocaron y tallaron esas miles de piedras perfectamente colocadas para formar las pirámides que ocupan cientos de fotografías, estar delante de ellas y tocarlas supone un estado de incredulidad permanente desde que te acercas y empiezas a verlas, hasta que te alejas...Siguiendo por el caótico Cairo, bullicioso y en continuo conflicto entre el progreso y la tradición, con su café de Fishawi, que ha estado abierto en forma continua día y noche por más de 200 años en el bazar de Kan al Khalili , dónde tomé un café turco mientras observaba a un anciano fumar el sisha, rodeada de espejos...parecía un cuento sacado de algún libro de Naguib Mahfuz.(Premio Nobel de Literatura en 1988 ...si no lo conocéis, os recomiendo "Café Karnak"). Sin salir de él, entré en sus tiendas de dulces y frutas abiertas a todas horas,y entre callejuelas proseguí el paseo durante mucho tiempo..se respiraba un olor a pieles curtidas para hacer bolsos y especias de todo tipo, entre ellas el carcadé, una especie de té que puede tomarse caliente, como infusión, o frío , como refresco...Me levanté muy temprano al día siguiente, dispuesta a perderme en "la ciudadela", sobre la colina de Moqqatam, culminada por la fascinante Mezquita de Alabastro, dónde no puedes pisar su suelo si no es descalzo. Residencia de sultanes en otros tiempos y rodeada ahora por La ciudad de los Muertos, antiguo cementerio de califas y mamelucos, que hoy sólo es habitada por familias marginadas de El Cairo y que no por ello deja de ser para mi, un sitio fascinante.....peligroso eso si, pero fascinante. Sin dejar esta ciudad, hipnotizada por su encanto, paseé por su magnifico y desordenado museo, que desde 1890 alberga el arca de la civilización faraónicacon más de 100.000 piezas de arqueología y me planté para cara a cara con la fastuosa tumba de Tutankamón, dónde trasladaron las espléndidas joyas, los delicados muebles y la máscara de oro puro hallados en su cripta, que en la actualidad se exhiben allí, famosa gracias al tesón de Howard Carter..la momia del "niño rey", quedó como reclamo en su origen, para hacer obligada la visita a su tumba sita en el Valle de los Reyes.Yo creo que en este punto fue dónde me quedé sin palabras y no las recuperé hasta mi regreso a Madrid. Es tal el manojo de sensaciones que se pasa por la cabeza, que se amontonan sin remedio y no doy con las adecuadas para describir el momento. Es casi imposible. Vas allí buscando la imagen para encontrar las respuestas y casi es peor la incertidumbre cuando sales. Entras con mil preguntas y sales con mil una.Cuando aún no me había repuesto de tanta belleza, dí un salto a golpe de avión para pisar Luxor y comenzó mi viaje a través del Nilo...Antes una parada obligada en el ya mencionado Valle de los Reyes, que alberga sin duda alguna para mi el colmo de lo inexplicable...salpicado de tumbas de grandes reyes, excavadas en la tierra a gran profundidad, se encuentran las ultimas moradas de faraones y reyes, saqueadas y vapuleadas por traficantes y maleantes que han vendido a precios de risa a coleccionistas e interesados sus valiosos tesoros sin importarles nada.Otra parada obligada aquí, sin duda es en otro de los templos que te cortan la respiración:El complejo sagrado de Karnak, dedicado a la triada tebana de Amón, Mut y Khonsu, que estaba unida con el embarcadero sobre el Nilo por una vía procesional de esfinges.Una vez te encuentras inmersa de lleno en todo lo que te rodea llega el momento de subir al AMARCO I, barco dónde hice el trayecto de Luxor hasta Asuan...Me recuerdo apoyada en la barandilla de la cubierta, las cuatro de la tarde más o menos y deseosa de comenzar el crucero.......una vez zarpó, solo pude disfrutar aturdida por el paisaje e intenté retener en la memoria todo aquello que me rodeaba.Falucas surcando sus tranquilas aguas y a los lados las franjas verdes de este largo brazo azul. A nuestro paso, el "Old Catarac", hotel que fue escenario la obra de Agatha Christie: Muerte en el Nilo.A lo largo del crucero, varias paradas para subirme junto aquel niño nubio en faluca y pisar El Templo de Esna, Edfu, Kom Om Bo (espectacular) y por último antes de llegar a Asuan, el Templo de File.... Una vez allí, comienza el embalse del Lago Nasser y con otro golpe de avión caigo rendida a los pies de mi preferido: EL TEMPLO DE ABÚ SIMBEL ("montaña pura"). Desmantelado por la UNESCO en 1964 para ser salvados de la presa de Asuan y reconstruido unos 60 metros más alto de su ubicación inicial, cosa que me pareció casi tan admirable como su creación primera..... Escoltado por cuatro colosales estatuas de Ramsés y acompañado por el templo que dedicó a la diosa Hathor, personificada por Nefertari, su esposa favorita.Tocar sus piedras y transportarte en un viaje fulminante a través del tiempo para estar delante de cualquier faraón y verle avanzar entre sus piedras....es cuestión de cerrar los ojos...Alojada en el Seti I, (en pleno desierto) esperé a que cayera la noche para poder volver a sus pies y contemplar perpleja el espectáculo de luz y sonido que fue sin duda alguna, el colofón a este maravilloso recuerdo para guardar en aquella cajita de alabastro que compré entre regateos en el Kan al Khalili, junto a unas cuantas piastras que me sobraron del viaje....Mi vida en este camino no seria completa sin haber pisado tierra de faraones. SUCRAN querido Egipto, inolvidable, incomparable e irrepetible por siempre...


Escrita por nuke

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevo años deseando hacer ese viaje, y por multiples inconvenientes lo he ido aplazando, despues de tu relato, casi no me haria falata ir, o al contrario, me han dado ganas de mirar el primer vuelo hacia ese paraiso... como siempre he dicho, "Egipto me llama" y ahora mas que nunca .Gracias

Toñy